Castellón atesora un patrimonio cultural único por su variedad en contrastes. Encontrarás desde el arte rupestre levantino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hasta las obras más vanguardistas de la mano del Espai d’Art Contemporani.
Morella, además de ofrecer una impresionante Iglesia Arciprestal, conserva en su museo un gran número de piezas de gran calidad: relieves renacentistas, esculturas góticas, orfebrería y tablas góticas del siglo XVI. Junto con este museo, el más antiguo de la ciudad, Morella ha creado una serie de áreas expositivas que bajo el epígrafe «Museus de Morella» están dedicados a la historia de la ciudad, fotografía, paleontología (con una buena colección de restos de dinosaurios), fiestas del Sexenni, etc..
Traiguera ofrece cerámica romana, tallas de madera de antiguos retablos y una importante colección de piezas de orfebrería, así como varios cálices góticos, relicarios y una impresionante custodia realizada por Juan Olcina en el año 1415.
En Peñíscola se puede visitar el Museo del Mar, reflejo de la tradición marinera de estas tierras.
Uno de los conjuntos más interesantes del arte cuaternario levantino son las pinturas rupestres de la Valltorta donde pueden contemplarse pinturas, retoques y añadidos que abarcan un periodo que se extiende desde el 8000 al 2000 antes de nuestra era, es decir, del Mesolítico al Eneolítico. Estas pinturas declaradas Patrimonio de la Humanidad se pueden visitar partiendo del Museo de la Valltorta.
El arroz, las verduras, el pescado y el marisco son los elementos básicos de la cocina de nuestra costa. Difícilmente se entiende una celebración de cualquier tipo, sin la emblemática paella. La paella valenciana, la paella marinera, la paella mixta, el arròs a banda, el arròs negre (recibe este nombre por la tinta del calamar), la paella de verduras, el arroz caldoso, el arroz al horno, el arroz con col, son platos que tienen a este cereal como elemento básico.
El pescado blanco y azul, en todas sus variedades, y el marisco pueden degustarse en todo Castellón y son innumerables las recetas que tienen como base el exquisito sabor de los frutos del mar.
Las longanizas, butifarras, las frituras y los guisos de toda clase, son protagonistas en la inmensa mayoría de las cocinas. También son muy conocidos los tradicionales tombets, elaborados a base de carne y acompañados con caracoles de montaña (muy típicos y sabrosos), setas (abundantes en nuestros pinares) y verduras.
Especialmente típica de nuestra provincia es la olla, que tiene muchas variedades; en algunos casos, producto de la tradicional matanza, junto con un buen número de verduras.
La fruta más extendida en las tierras castellonenses es, por supuesto, la naranja, y con ella, las frutas de la huerta: manzanas, cerezas, peras, melones… muy diferentes según la estación del año.
La huerta castellonense, extendida de norte a sur a lo largo de la costa, ha dado a la cocina una aportación decisiva. Aquí se consumen diariamente las más variadas hortalizas; que en muchos casos son, incluso, base de una alimentación suave y natural que supone el eje de lo que popularmente se conoce como «dieta mediterránea». La alcachofa de Benicarló, con denominación de origen es un buen ejemplo de ello.
Existe también una honda tradición pastelera y de repostería, siempre presente en cualquier mesa.
La variedad de pastas saladas es notoria, con modalidades distintas según los municipios. Suelen presentarse rellenas de verduras, carne e incluso en ocasiones, marisco.
Las pastas dulces son típicas en fechas señaladas como Pascua, fiestas de agosto, fiestas locales o Semana Santa. Se suele combinar la pasta con nueces, cabello de ángel, boniato, requesón y otras variedades
El atractivo de las tierras castellonenses del interior merecen una mención especial. Su clima, que varía según la altitud, haciéndose más recio hacia las zonas altas del interior, es en general un ambiente seco y agradable que viene acompañado de una vegetación y arbolado espléndidos donde respirar aire puro y disfrutar de la naturaleza.
En la zona norte de la provincia está la comarca de Els Ports, cuya capital es Morella, ciudad turística por excelencia, dotada de innumerables monumentos, testigos de su intensa e importante actividad histórica. El Maestrazgo cuya capital es Sant Mateu, es un pueblo de notable monumentalidad,
La Tinença de Benifassà, comarca de gran riqueza paisajística es reconocida como una de las mejores zonas para el turismo activo. La mayor parte de esta zona se encuentra dentro de la Reserva Nacional de la Cabra Hispánica de los Puertos de Beceite, por lo que no es difícil en nuestro recorrido encontrarnos con buenos ejemplares de este hermoso animal.
La provincia de Castellón abarca el territorio más al norte de la Comunidad Valenciana, a lo largo de la cual se extiende un litoral de 120 kilómetros de estupendas playas y hermosas calas.
Las amplias playas o las recónditas calas de la provincia de Castellón poseen, en su inmensa mayoría, fondos de arena que hacen que el baño en las cálidas aguas del Mediterráneo sea más agradable y seguro. Además en la oferta de playas de Castellón podemos encontrar lugares donde los naranjos o los pinos perfuman nuestra estancia en la arena, formando así espacios únicos en los que la riqueza natural nos hará disfrutar aún más de un merecido descanso. Castellón posee dos parques naturales que conservan espacios litorales vírgenes: el Parque Natural de la Sierra de Irta, que entre otros, forman los municipios costeros de Peñíscola y Alcalà de Xivert – Alcossebre, y el Parque Natural del Prat de Cabanes – Torreblanca, constituido íntegramente por espacios de estos municipios. En ellos podremos descubrir la costa y el mar en estado puro y descubrir verdaderos tesoros medioambientales
Nos pondremos en contacto con usted lo antes posible, para tener su mejor experiencia de caza.